A vueltas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible


El incremento del número de pobres en el mundo, el retraso en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la constatación de que la pandemia ha frenado importantes iniciativas conducentes al cumplimiento de la Agenda 2030, han llevado a los países a reunirse por iniciativa del CLAD, para discutir las mejores formas de avanzar, para que nadie se quede atrás, a pesar de las dificultades existentes.

En Santo Domingo (República Dominicana) se han juntado durante 2 días representantes de 21 países miembros del Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo y cinco organismos internacionales (CAF, Undesa, SELA, ICAP y BM) para debatir sobre los principales problemas que obstaculizan el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

La primera idea que circuló por la reunión fue que la pandemia ha dificultado en gran medida el cumplimiento e incluso el avance en los ODS. Los recursos humanos y materiales se han destinado esencialmente a paliar las fuertes dificultades ocasionadas por el covid-19 y, en consecuencia, el alcance de otros, como en materia educativa, que han pasado a segundo plano. Los análisis realizados en 2021 ya revelaron que el tiempo de cierre de las escuelas y en general del sistema educativo, fue considerablemente mayor en América Latina que en la media de los países de la OCDE.

La limitada disponibilidad de recursos financieros, y la escasa voluntad política, tanto a nivel nacional como internacional, hace que sea virtualmente inviable la consecución total de los ODS para la fecha pautada. En 2030 la tasa de pobreza mundial se estima en 7%, por tanto no se alcanzará la meta de erradicar la pobreza. Como afirmó la escritora Arundhati Roy: “Históricamente, las pandemias, han obligado a los humanos a romper con el pasado e imaginar su mundo de nuevo. Esta no es distinta. Es un portal, un pasadizo entre un mundo y el siguiente” (2020).

Por ello, se impone un esfuerzo adicional de los países y de los organismos internacionales para paliar las dificultades que impiden alcanzar estas metas tan unánimemente celebradas por todos los países.

Las administraciones públicas, inmersas en un proceso de multiplicación orgánica que no cesa de incrementarse, deben fortalecer los procesos de coordinación y articulación, tanto a nivel público como con otros actores. Primordialmente, deben colaborar las instituciones entre sí, de manera que la maraña procedimental y competencial no impida la realización de políticas públicas eficaces, especialmente en materias sociales o de extensión de la digitalización.

Ineludible es que se forjen alianzas más fuertes y una cooperación más sólida entre los países para potenciar nuestras administraciones públicas en el fortalecimiento de la democracia. Unánime es la petición de que el rendimiento de los servicios públicos, especialmente en los críticos, como son la salud y la educación, debe mejorar sustancialmente. La localización o territorialización de la Agenda 2030 es trascendental para que sus principios lleguen de una manera efectiva a los niveles territoriales básicos, la población, las organizaciones sociales y las empresas.

Reforzar y crear las más variadas alianzas públicas, privadas y sociales que incorporen las dimensiones social y medioambiental en los modelos con el fin de aportar inversión, financiamiento, cooperación y asistencia técnica entre los países y que articulen las sinergias de empresas, instituciones financieras multilaterales, fondos bilaterales de cooperación, instituciones de gobierno, agentes sociales y a la propia ciudadanía en la creación de valor público y la coproducción de servicios públicos. Fortalecer los mecanismos nacionales de evaluación y rendición de cuentas, que incluya el levantamiento de información oportuna, el diseño de indicadores que respondan a las realidades nacionales de cada país, la sistematización de la información y el reporte de los avances y desafíos en la consecución de los ODS.

Han de crearse espacios de aprendizaje entre los diversos niveles de nuestras administraciones públicas, localizar las actuaciones de políticas públicas y dotar a los niveles subnacionales de capacidad, recursos y estructuras estables. Promover la modernización de la arquitectura institucional para que se impulsen aceleradores del desarrollo, tomando en consideración las buenas prácticas de la región (Arenilla, 2022).

Los ODS proporcionan una plataforma para armonizar la acción privada y las políticas públicas y esto significa el establecimiento de asociaciones entre el sector público, el sector privado y la población responsable, y basadas en principios. (Asamblea General de las Naciones Unidas, 2014).

En definitiva, se constata que la COVID-19 retrasó los avances de los países en materia social, económica e institucional y por ello, para alcanzar las metas propuestas por la Agenda 2030, resulta imprescindible la participación de las ciudades por el impacto directo que tienen sobre la calidad de vida de la ciudadanía. Los municipios y entidades locales deben ser los vectores esenciales para continuar la senda que nos conduzca a acercarnos a las metas de la Agenda 2030.

Artículo disponible en El Nacional.