Servicios en la era del conocimiento


La creciente importancia de los servicios en los países desarrollados, y en la economía interna de los países emergentes, propiciaron que ese sector se convirtiera en el determinante principal de la productividad y la competitividad en la economía mundial.


El tema de servicios es un tema pertinente, y de creciente actualidad hoy más aún en la economía mundial que se reconformando y creo que hoy trasciende otras esferas de las preocupaciones tanto de los hacedores de cómo de los decisores de políticas públicas, por lo importante del tema tanto externo como interno. Diversos intelectuales se han preocupado de la importancia de este importante sector de la economía mundial y venezolana en particular. Que yo sepa el venezolano que más le dedicó tiempo de estudio y reflexión, ha sido el destacado economista lamentablemente fallecido hace unos años el catedrático Guillermo Márquez, profesor de la UCV.

Ahora bien, la creciente importancia de los servicios en los países desarrollados, y en la economía interna de los países emergentes, propiciaron que ese sector se convirtiera en el determinante principal de la productividad y la competitividad en la economía mundial, desde hace 40 años por lo menos. El aumento del intercambio mundial en servicios fortaleció los vínculos entre comercio, tecnología, inversión.

En efecto, los servicios se mantienen en el tope de la agenda internacional desde el punto de vista económico desde los años 80, por varias razones: 1- Por la alta participación dentro del PIB que tiene el sector servicios al seno de las economías de los países industrializados y el peso cada vez más importantes en exportaciones de países los emergentes como se ve en el caso de países como la India, México, Brasil, por ejemplo. 2- La velocidad e intensidad de la revolución tecnológica en la electrónica, informática, telecomunicaciones, nanotecnología, la biotecnología, que ha incidido en la evolución de este sector. 3- Por la intensificación del rol de los servicios como insumo intermedio en la producción para procesos de externalización. 4- Por el rol de los servicios en la telemática. Esto ha producido grandes cambios en la estructura técnico-productiva de nuestros países.

Ahora bien, los denominados servicios intensivos en conocimiento, tales como servicios contables, jurídicos, económicos, de consultoría política, audiovisuales, diseño, publicidad, programas computacionales; sobre todo software y servicios informáticos, investigación desarrollo y salud y educación, son fundamentales en la era del conocimiento. Muchos de estos servicios son exportados, aún pesar de la naturaleza intangible del comercio de servicios y las dificultades para su registro, se considera que el 20% del comercio mundial está centrado en este sector tan importante de la economía mundial.

Los servicios son casi el 70% del PIB. Hoy las exportaciones globales de servicios llegan a cerca 4 billones de dólares según datos de la UNCTAD de las economías capitalistas en vías de desarrollo o desarrolladas y por el porcentaje del empleo que tienen de hoy en día, vienen de este sector intensivo en conocimiento, un porcentaje equivalente a los 1,6 billones de dólares. Cuáles son los principales servicios, primero están los gubernamentales, englobando en ellos los de salud, educación, seguridad, administración de justicia, financieros estatales, de comercio exterior, política exterior, entre otros. Otros, que debemos considerar son los informáticos y telemáticos en diferentes áreas, de comunicación, transporte de personas y bienes, sean estos aéreos, marítimos y terrestres, banca y seguros, consultoría e ingeniería, construcción, entretenimiento y esparcimiento, turismo, entre otros. Como se puede observar, es un sector amplio y extenso, con una fuerte influencia no solo en la economía de nuestros países, sino en la economía mundial. El estado es un productor de servicios importante.

Este fenómeno se da hoy con mayor intensidad porque es propio de la evolución del sistema capitalista postindustrial, debido a los increíbles cambios científico-tecnológicos en todos los campos y además, por la evolución de las modificaciones en la tecnología de la información. Las comunicaciones se han vuelto instantáneas, el concepto de espacio y tiempo se ha reducido: con cada revolución tecnológica y en particular la de los últimos 50 años, se ha producido no solo una reorganización de estructura productiva, sino de las instituciones gubernamentales, de la sociedad y del papel de los servicios en el seno de la economía mundial. Hoy hay grandes cadenas de valor, de lo cual depende de la competividad.

Esto es así, en virtud de la estrecha conexión entre tamaño, innovación y productividad, la abundancia de empresas y emprendimientos pequeños y unipersonales de baja formación ha sido señalada como una de las razones que explican la baja productividad y en consecuencia competitividad de la región en la desafiante economía mundial. Gracias a las tecnologías de la información que han abaratado y acelerado la generación en forma notable la generación, almacenaje, procesamiento, y transmisión de la información. Ahora los servicios son provistos de manera remota. Por de pronto, queda seguir estudiando la importancia de este sector por su influencia en la economía tanto nacional como mundial. Hay que aprovechar las ventajas comparativas reveladas.

En este orden de ideas, mientras en el país, los servicios, no mejoren de funcionamiento, su calidad y eficiencia no avistaremos el desarrollo y la modernidad, sobre todo en los informáticos, telecomunicaciones de televisión por cable o satélite (Intercable, Supercable y Simple TV estos últimos de una pésima calidad), y en otros como de educación, salud, seguridad, agua, electricidad, comunicaciones y los distintos servicios de la administración pública que presta al ciudadano de a pie, que son la muestra si un país avanza en su desarrollo..

Artículo disponible en El Universal.

Los politólogos, los servicios y los analistas


Uno de los retos para un país como Venezuela, es contar con unos servidores en el estado en el área de servicios más eficientes, que nos permitirán ser más competitivos en una economía mundial más compleja y en proceso de transformación continua.


Este artículo lo escribo en momentos que tanto la escuela de estudios políticos como el Instituto de Estudios Políticos de la UCV, están de aniversario, por lo tanto, es importante hablar de las áreas probables de desempeño de estos profesionales en los inicios de este siglo. En efecto, los primeros egresados de ciencia política de la UCV, tuvieron un difícil posicionamiento e inserción profesional a finales de la década de los 70. Sus áreas de desempeño inicialmente se ubicaban al principio en el sector universitario en sus aspectos docentes, de investigación y extensión ya que los requerían para formar los cuadros docentes y de investigación del porvenir y, además, en la consultoría política, incipiente en la época de finales de los años 70 (gracias entre otros a Arístides Torres, Mauricio Báez entre otros, por cierto politólogos egresados de prestigiosas universidades extranjeras). Ahora bien, en las sociedades actuales que generan conocimiento que quieren avanzar en su desarrollo y modernización, con el transcurrir del tiempo tanto la sociedad, como el estado percibieron la importancia del profesional y de su utilidad laboral. Como intelectuales o individuos de acción generan un importante conocimiento, para la reflexión y acción.

El politólogo, en efecto es un analista simbólico (en la definición de Robert Reich es su libro El trabajo de las Naciones), labora hoy en día en el sector servicios, y en el Estado, que es un ente de servicios fundamentalmente, aunque también en el sector privado, tienen un rol en el área de asesoría y consultoría (entorno, electoral y de riesgo). Por ello, el politólogo, tiene un interesante espectro laboral, por sus habilidades y competencias. Por ejemplo, como funcionario público tiene un amplio abanico que abarca los siguientes campos: Estudiar la organización y optimización de la administración pública en sus diferentes niveles: nacional, estadal, y municipal, seguridad y defensa, política internacional, área socio-administrativa, gerencial, coordinación y planificación estratégica, estudios de desarrollo y comportamiento organizacional, análisis de presupuesto, control y supervisión de gestión, desarrollo de diagnósticos para ejecución de planes, programas y proyectos, asesores, en la empresa privada como consejeros y asesores de los grupos de interés, en los servicios de estudios, periodismo de opinión y el periodismo político, la política activa o el político práctico con ello, se busca elevar el debate y las cualidades de una persona para la praxis política, con ello se debería generar, potenciar y difundir una mejor cultura política del país.

Así las cosas, los servicios, se han convertido hoy en día, en un tema de análisis, debate, controversia y negociación de la agenda internacional por varias razones: 1- Por la alta participación que tienen dentro del PIB de cada uno de los países en la economía de los países industrializados y emergentes, 2- La velocidad e intensidad de la revolución tecnológica en la electrónica, informática, telecomunicaciones y la biotecnología ha incidido en la evolución de este sector, 3- Por la intensificación del rol de los servicios como insumos intermedios en la producción, 4- Por el rol de los servicios en la telemática. Y hoy en día, el servicio intangible incorporado, en términos de talento, conocimiento y tecnología, está allí el centro de gravedad de la aportación del politólogo en su área de trabajo.

Cuales son a nuestro entender los principales servicios, primero están los gubernamentales englobando en ellos los de salud, educación, seguridad, administración de justicia, financieros estatales, de comercio exterior, política exterior entre otros, donde los politólogos de desempeñan con capacidad asertiva. Otros, que debemos tomar en consideración son, los informáticos y telemáticos en diferentes áreas, de comunicación, transporte de personas y bienes, sean estos aéreos, marítimos y terrestres, banca y seguros, consultoría en general y en particular la política, construcción, entretenimiento y esparcimiento, entre otros. Como se puede observar es un sector amplio con una fuerte influencia no solo en la economía de nuestros países sino en la economía mundial.

En ese sentido, puede afirmarse que la calidad de los servicios de un país como Venezuela, determina su nivel de desarrollo, debido a que el porcentaje ha subido de un 65% hasta hace unos veinte años a más del 75%, del empleo es generado por este sector y, un 9,5% del total de las exportaciones venezolanas pueden ser generados por esta actividad si hay las políticas públicas adecuadas e estimulantes y representan un 70% del PIB del país. El costo de producción representa en Venezuela el 40% de acuerdo a investigaciones de mi maestro el recordado profesor y economista Guillermo Márquez.

Uno de los retos para un país como Venezuela, es contar con unos servidores en el estado en el área de servicios más eficientes, que nos permitirán ser más competitivos en una economía mundial más compleja y en proceso de transformación continua. Por ello, deben proseguirse los pasos de contar con servicios de mejor calidad y se deben tener políticas públicas a ese fin. Se ha dado un extenso proceso de externalización del sector servicios al resto de la economía nacional y este proceso también se da en la economía mundial. Por cierto, el próximo jueves 16 ira a la UCV, el Dr. Francisco Velásquez, Secretario del CLAD, para dar una conferencia sobre el Estado, tema más que pertinente que se asoma en el horizonte venezolano, mejorar la prestación de servicios por parte del aparato estatal del país.

Artículo disponible en El Universal.

Economía y Política una relación indisoluble en el siglo XXI


El desafío que encaramos como sociedad es inmenso, en un proceso de globalización imparable, que busca combinar un sentido de equidad y justicia social.


Hoy más que nunca estas ciencias sociales están entrecruzadas e interdependientes más que nunca, sea en el caso de la economía global, regional o la venezolana. Y en el caso de desempeño económico más aún. Pues sí, tres ideas en el caso venezolano se han extraviado desde hace 24 años en el quehacer de nuestros decisores políticos, en materia económica en su vinculación con la política. Por un lado, el nombramiento de individuos inadecuados que no poseen la experticia de la económica política, otra, una inadecuada cosmovisión del manejo económico (la mayoría formados en la escuela marxista-leninista del pensamiento económico) y son nombrados y ubicados finalmente, en cargos donde no conocen la dinámica de los organismos públicos y no tienen visión de estado, sino partidista-ideológica, y entonces se producen los desajustes institucionales, en las políticas públicas formuladas e implantadas, porque la coalición de poder tiene al interno diversos grupos ideológicos, que coexistentes y sirven de muro de contención a una política económica con sentido común y que genere confianza, que son los pilares de cualquier política económica que se desee implementar.

Por otra parte, han dejado una impronta importante no sólo en el pensamiento, en su desarrollo intelectual, en la praxis, en la realidad donde les toca actuar. Hoy estamos en un proceso de reinterpretación de ideas y del cómo actuar en la realidad en la interrelación humana, por los fantásticos cambios en la sociedad postindustrial y en proceso de un nuevo tiempo de cambio tecnológico e industrial y global que está en pleno avance de desarrollo, que tiene como proceso de desarrollo, una economía global que se debate en crisis de las cadenas de valor y suministro, una alta inflación en ciernes, una recesión que podría presentarse y una transformación de reinterpretación de la última fase la globalización de la economía, las finanzas, lo comercial y lo tecnológico, que están más entrejuntas. Estamos pues, en lo que definiría Carlota Pérez, en un intervalo de reacomodo del capitalismo a nivel mundial. Este ese el desafío en estas primeras décadas del siglo XXI, para los decisores políticos en la esfera económica, sean o no economistas.

En el caso particular de Venezuela, ha tenido desde el campo de las ideas hacia el campo de la acción pública que se plasman en políticas públicas de carácter económico-político que dan una satisfactoria combinación del pensar y actuar en forma virtuosa en el pasado tenemos por ejemplo a: Ramón Cárdenas, Alberto Adriani Mazzei, Manuel R. Egaña, José Antonio Mayorbre, Andrés Germán Otero, Luís Enrique Oberto y otros políticos de primer nivel, que reflexionaron sobre ambas esferas del pensamiento en forma profusa sin ser economistas y otros también como Rómulo Betancourt y Rafael Caldera. En el campo de la academia, también tenemos casos en una acertada combinación como es el caso de D. F. Maza Zavala, Asdrúbal Baptista, Ignacio Purroy, Teodoro Petkoff, y en el ejercicio público y político, Freddy Rojas Parra, Luís Matos Azocar, Eglee Iturbe de Blanco, Héctor Hurtado, Haydee Castillo, Maritza Izaguirre entre otros. Todos ellos, han influido en la creación y sistematización de ideas, que, puestas en práctica en funciones de gobierno, le dan a la economía un intensa, compleja, vinculación con el cómo hacer políticas públicas de carácter económico, y en el juego político al seno de una sociedad plural y diversa, en vista desde la perspectiva de las relaciones de poder, interacciones que se producen en una sociedad que construye y estimula la creación de círculos de intelectuales y conocimiento en una interesante lucha, intercambio de construir una sociedad moderna en materia de una estructura económica sólida.

En esta circunstancia, podemos observar a la economía siguiendo la guía que nos diera ese gran maestro de la ciencia política como fue Manuel García-Pelayo, quien define claramente dos tipos de fenómenos políticos, los que son como tal eminentemente políticos y los politizados, para entender la clara relación entre estas dos esferas. En este último caso, tenemos a los políticamente condicionantes, es decir aquellos que no siendo políticos en sí mismos, tienen efectos decisivos sobre la política y los políticamente condicionados que son determinados y condicionados por motivaciones políticas para la implementación de políticas públicas en sus diversas dimensiones cambiarias, fiscales, monetarias comerciales. (aquí juega ampliamente la economía política)

En el caso venezolano se ubican seis períodos decisivos en su devenir económico-político determinantes. Observamos que la economía no es sólo una construcción de una constelación de ideas, sino que ellas son un hecho concreto en el actuar de las relaciones humanas y de poder de la sociedad.

Por un lado, en los años 1958-1974 hubo un manejo sensato, prudente y coordinado de las diferentes variables macroeconómicas y las políticas fiscal, monetaria, cambiaria, estables que dieron un largo período de crecimiento virtuoso del PIB, sin embargo, luego, entre 1974-1983, se produjeron una serie de decisiones que ampliaron el espectro de acción empresarial del estado venezolano, del gasto fiscal, el endeudamiento público descentralizado que tuvo un importante impacto en las finanzas públicas. Aquí reflexionaron venezolanos de la talla de Allan Brewer Carias, Juan Carlos Rey y Mauricio García Araujo, entre otros haciendo serias y concretas observaciones sobre el tipo de políticas públicas implementadas, en materia económica en los años de la Venezuela Ta barato. Recuerdo en la revista Resumen, las clarividentes advertencias de Mauricio García Araújo, sobre el rumbo de la economía venezolana en los años del primer boom petrolero, en el primer período del presidente Pérez, y los efectos perniciosos que se produjeron al seno de la economía venezolana.

El otro ejemplo es el 18 de febrero de 1983, que marca el fin de una época que era imposible mantener y se producen las primeras decisiones que buscan reorientar el gasto fiscal, el debate entre un control de cambio o una devaluación lineal, entre Arturo Sosa y Leopoldo Díaz Bruzual, al seno del gabinete económico del momento y luego traslado al consejo de ministros de la época y fomentar aún más un sector exportador no tradicional, llegamos así a 1989, que produce un verdadero viraje en el tipo de visión intelectual entre la política y la economía, que se va a materializar en un conjunto de políticas y medidas que ignoraron el elemento del timing y acuerdo, negociación política y fue apartado y despreciado por completo, el consenso político, por parte de los economistas de aquel entonces, liderizados por Miguel Rodríguez. Hubo una acción ortodoxa, asumiéndose que los mecanismos del mercado podían corregir las debilidades de un estilo de desarrollo llevado a cabo por el país a lo largo de un extenso tiempo histórico. Aquí se beneficiaron ciertos grupos financieros y lo más grave se puso en juego la gobernabilidad del sistema político.

La siguiente fase es abril de 1996, con el denominado cuerpo de políticas públicas de la Agenda Venezuela, que buscaba mediante un prudente equilibrio entre los mecanismos institucionales de la política y el mercado, llevar a cabo no sólo un sano balance macroeconómico, sino, además, hacer eficiente el sector industrial y potenciar, los sectores donde tenemos ventajas competitivas como son el sector petrolero, de servicios y de esparcimiento (turismo) y de exportaciones no tradicionales. Todo enmarcado en búsqueda de reformas con consenso como en lo laboral y la seguridad social, una política de privatizaciones prudente.

El siguiente período es signado por el más alto boom petrolero en décadas 1 trillón de dólares entre el año 2002 y el año 2014, que se despilfarraron en políticas públicas inadecuadas y atrasadas. El Producto Interno Bruto (PIB) de Venezuela cayó casi 80% en un período desde el 2013 de ocho años, el cual representa el período más largo en recesión que pasó el país, e igualmente sufrió de tres años de hiperinflación en el cual pulverizó los ingresos de los venezolanos. Hoy estamos en una nueva etapa, aparentemente está ultima, donde se trata de implementar una política económica, más pragmática y realista, pero tiene decisores no plenamente convencidos e identificados de sus beneficios y un peso muy fuerte de falta de sentido común y crear confianza, que son los pilares de una sana y prudente política económica. Además, que sigue prevaliendo actores con una cosmovisión marxista-leninista en el gabinete económico, lo que es una pared de contención, para seguir políticas modernas en materia económica.

El desafío que encaramos como sociedad es inmenso, en un proceso de globalización imparable, que busca combinar un sentido de equidad y justicia social. He allí lo fantástico y los intricado de la vinculación de la economía y la política, en los tiempos de hoy. La política consiste en decidir en condiciones en las que no hay una evidencia incontrovertible. La economía se mueve al ritmo de las reglas que diseña la política. Por eso hemos tenido un desempeño tan mediocre en lo económico, en los últimos 24 años. Se requiere una visión económica-política con sentido de propósito y coherente que es lo que adolecemos hoy.

Artículo disponible en El Universal.

La primera escuela de estudios políticos de Venezuela


 Con motivo del inicio del nuevo año escolar en las universidades y que por esta época pero en el año de 1972, se daba inicio al  proceso de inscripción de los estudiantes que se iban a inscribir en la novísima escuela de estudios políticos de la UCV, que el año que viene conmemorará sus primeros 50 años de inicio de sus actividades  académicas, que se realizó en el primer trimestre del año de 1973, de la escuela de estudios políticos de nuestra alma mater, la UCV, es bueno recordar sus antecedentes, los egresados de la primera promoción entre otras cosas.

En, efecto, el antecedente inmediato de la creación de la futura Escuela de Estudios Políticos fue la creación del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela en 1958 y que inicios actividades en febrero de 1959. Fue dirigido, desde ese mismo año hasta 1979, por el destacado constitucionalista y politólogo Manuel García-Pelayo, padre indiscutible de la ciencia política en Venezuela. En el Instituto de Estudios Políticos se impartían cursos monográficos, con una matrícula de 61 alumnos en sus inicios. Al cabo de una década, en 1968, la matrícula había aumentado a 147 alumnos. La mayoría de los profesores de la futura Escuela de Estudios Políticos se formaron en este instituto. Fueron sus padres fundadores debo mencionar en ese sentido, ya que omití involuntariamente su nombre en anterior artículo a Haydee Farias, una de mis profesoras fundamentales, cuando dictó la materia Historia de los Movimientos Sociales, en 1981.

         Deseo citar al maestro juan Carlos Rey baluarte de los profesores fundacionales de la escuela de estudios políticos, en un trabajo que publicó en la Politeia 50, vol.36, año 2013, Recuerdos sobre la creación y los primeros años del Instituto de Estudios Políticos de Caracas que todo politólogo debería leer” … Es significativo que el primer decano de la Facultad en la nueva etapa democrática, Andrés Aguilar Mawdsley, responsable de la decisión de crear el Instituto, pasó de ocupar tal cargo a ser Ministro de Justicia, como parte de la cuota que correspondía al Partido Copei, de acuerdo con el Pacto de Puntofijo, en el primer gobierno de Rómulo Betancourt. Y no será menos significativo que el Decano que tomara la decisión final de crear la Escuela de Estudios Políticos y Administrativos, sea Enrique Pérez Olivares, quien al terminar su período como tal se incorporó a ocupar varios importantes cargos como ministro en el primer gobierno copeyano que conoció el país, el de Rafael Caldera. Lo cual demostraba que Copei, como partido con verdadera vocación de gobierno, estaba especialmente interesado en desarrollar un centro de enseñanza de calidad, que sirviera para la formación en estudios políticos de los futuros altos empleados públicos, interés que era compartido por los líderes de AD más lúcidos, como Rómulo Betancourt…”

 El 11 de octubre de 1968, efectivamente es nombrada la Comisión para la creación de una Escuela de Estudios Políticos fue nombrada por el Consejo de la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela. Esta Comisión estaba formada por el Dr. Manuel García-Pelayo, que la presidía; los Dres. José Guillermo Andueza, Carlos Leáñez, Antonio Moules Caubet, Humberto Njaim y Gustavo Planchart Manrique como miembros. El profesor Juan Carlos Rey fue nombrado secretario. Los asesores del comité fueron los profesores Juan Sánchez Covisa, J.M. Vidal y Hans Joachim Leu. 

          El 29 de agosto de 1969 se finalizó el informe sobre la creación de la Escuela de Estudios Políticos, que será la base del funcionamiento académico-teórico y académico-administrativo de la naciente escuela, de esa naciente esfera del saber en el país. 

         El 16 de abril de 1971, siendo Decano de la Facultad de Derecho, el Profesor Dr. Luis Henrique Farías Mata, se designó al Dr. Carlos Leáñez para que iniciara la organización del plan de estudios, las cátedras, los departamentos, así como el reclutamiento y selección de los recursos humanos que impartirían las clases a los futuros alumnos. Este trabajo de organización y montaje académico-docente culminó el 30 de septiembre de 1972, en el último trimestre de ese año se empiezan a inscribir en la escuela sus futuros alumnos.

         Ahora bien, quien realmente se desempeñó como el primer director de la Escuela de Estudios Políticos, en el inicio de la parte operativa de las actividades académicas con los estudiantes, fue el profesor Nelson Socorro, desde el 1 de octubre de 1972 hasta el 1 de junio de 1975.

         Los profesores Hans Joachim Leu, Ricardo Combellas y Maruja Delfino, serán los directores con los que conviviré durante esos hermosos años en mi Alma Mater, a ellos mi eterna gratitud por su amistad, cariño y rigor académico. Asimismo, no debo dejar de mencionar la destacada labor en esta fase embrionaria de la creación de la Escuela, la tenaz labor del entonces Decano de la Facultad de Derecho, el eminente venezolano Enrique Pérez Olivares, por su decidido esfuerzo en la institucionalización académica de los estudios de ciencia política en la UCV, antes de aceptar la designación como Ministro de Educación de Rafael Caldera en su primer gobierno.

         En el primer trimestre, más concretamente en el mes de enero año del año 1973, abrirá sus aulas la primera escuela de Estudios Políticos y Administrativos (EEPA) del país, que graduará los primeros licenciados en Ciencias Políticas el 14 de marzo de 1978, en tres sub-especialidades: politología, relaciones internacionales y administración pública. Proceso, ininterrumpido desde 1978, hasta el 21 de julio del 2022, la próxima cohorte deberá egresar a finales del año 2022 o inicios del año 2023.

       El politólogo puede cumplir diversos roles en la sociedad como docente, investigador, asesor o consejero de grupos de interés, como funcionario en la administración pública y privada, como consultor, dentro de los centros de servicios de investigación, en el periodismo de opinión y, finalmente, también podría incursionar en el ejercicio de la praxis política, elevando así la calidad del debate político y la cultura política del país.

     La ciencia política seguirá haciendo importantes aportaciones al análisis del sistema político, de su democracia, de su entorno internacional, porque es su principal nutriente: su pluralismo y diversidad. En definitiva, el politólogo es responsable de la proyección de nuevas ideas y de la creación de un entorno propicio para el desarrollo de la conciencia social y la construcción y fortalecimiento de la democracia en nuestras sociedades.

        Cabe destacar que los estudios de ciencia política y sus herramientas de análisis están pasando por un proceso de aggiornamento, que deberá adaptarse a las nuevas reformas curriculares para seguir una combinación virtuosa de enfoques neo-institucionales e histórico-institucionales, con la era digital y los nuevos aportes teóricos.

         Además, adaptarse a los enfoques intertransdisciplinarios para comprender las nuevas complejidades de la realidad, tanto estructurales como sociológicas, económicas y culturales, estudiando las reglas del juego político, las asimetrías de poder, los conflictos sociales, económicos y culturalmente heterogéneos, así como los procesos de globalización que se presentan hoy en día.

         Por último, quiero ofrecer un homenaje a algunos de los egresados, especialmente de las primeras 10 promociones fundadoras de la escuela, que abrieron el camino de la ciencia política en el país, en diferentes ámbitos, donde han tenido roles destacados, entre otros: Ángel Álvarez, José Humberto Briceño León, Miguel Manrique, Pedro Guevara, Leandro Area, Jorge Raydan Pabón, Carlos A. Romero Méndez, Miguel Vander Dijs, Francisco Yáñez, Lourdes Cobo, Beatriz Gerbasi, Gisela Gómez Sucre, Ismael Pérez Virgil, Pavel Rondón, Reynaldo Wulff, Carlos Zerpa, Eloi Lengrand, Eduardo Pozo, Bernardo Álvarez, Tony Beker, Beztzabeth Guevara, José A. Rodríguez, Adela Hurtado, Mary Mogollón, Ana Elena Zambrano, Eloísa Avellaneda, Eladio Hernández Muñoz, Oscar Hernández, Nelson Maica, Luís Salamanca, Belkis Zabaleta, Bettina Gianvictorio, Yolanda Istúriz, Eleyda García, María Auxiliadora Prince, Francisco Rodríguez y María Auxiliadora Rondón.

        Y, a mis compañeros de la segunda cohorte del año 1983, promoción, que éramos 39. En particular, quiero recordar con cariño y algo de nostalgia, entre otros compañeros, a Judith Hamilton, Mercedes Hernández, María del Carmen Martínez, Maximiano Guerra, Hernán Alvarenga, Eliesser López, Leticia Barrios, y a los que siguieron en promociones posteriores como Violeta Terralavorro, Carlos Eduardo Díaz Vivas, Enrique Achue, Alfredo Lozada, Luis Miguel Landaeta, Timoteo Zambrano entre muchos otros.

Artículo disponible en El Reporte Católico Laico.

CLAD: 50 años


Hoy el CLAD, como manifesté anteriormente, es una organización consolidada, que tiene una amplitud de cursos, foros, simposios, encuentros interinstitucionales, entre ellos, el Congreso de la Administración Pública.

Hoy 30 de junio por iniciativa del Gobierno de Rafael Caldera, quién a través de los canales diplomáticos propuso a los distintos gobiernos latinoamericanos la propuesta de crear un centro latinoamericano, para mejorar el funcionamiento del estado y la administración pública en esos años propuso esta idea. En efecto, Caldera tomo la decisión política unos meses previos en el año 1972, de proponer, esta instancia intergubernamental a los países latinoamericanos. Esta proposición, novedosa sentó, cimento, las bases de la creación del Centro Latinoamericano de la Administración, más conocido como CLAD, en la suscripción del acuerdo en Caracas, el 30 de junio de 1972, han pasado 50 años. Se sometió, pues, a consulta en su momento la creación de un organismo multilateral, con el objetivo de trabajar en instrumentos, mecanismos, herramientas que coadyuven a las reformas administrativas, de gerencia política, en las estructuras y funciones del Estado, en su burocracia a partir de modelos integrales de propuestas en esa vía, en los diferentes componentes estratégicos que conforman la acción del estado en la sociedad política y su irradiación a la sociedad civil.

A través de una visión interdisciplinaria, buscó el aporte de diferentes disciplinas entre las que cabe mencionar a las ciencias políticas, económicas, sociológicas, jurídicas, para mejorar y aggionar, la función de la administración pública latinoamericana, en vista de los desafíos del gobernar bien y eficientemente. Esta propuesta de establecimiento del CLAD, tuvo un doble vértice de acción, por una parte, es una propuesta de integración latinoamericana y de cooperación internacional por la otra, entre los diversos países de la región, en una proposición flexible y de institucionalización de un centro especializado de esta naturaleza. Innovador y pionero que fue posible, porque los países la acogieron con entusiasmo, firmaron y suscribieron su acta constitutiva en Caracas, Venezuela, tal día como hoy, en 1972, como país auspiciante, México, con una experiencia local en esa materia y Perú, fueron los primeros países y luego se fueron adhiriendo progresivamente los diferentes estados latinoamericanos hasta ser lo que es el CLAD hoy, una institución, una organización, moderna, institucionalizada y robusta, en materia de Reforma del Estado y Administración Pública. No podemos dejar de mencionar y olvidar a un venezolano excepcional que estuvo detrás del diseño de esta institución, el Dr. Allan Brewer Carias, al momento de este acontecimiento era Presidente de la Comisión del Reforma Administrativa, en el gobierno del Dr. Caldera, fue uno de los ideólogos de este organismo internacional y que Venezuela, presento a consideración del resto de los países latinoamericanos y tuvo entusiasta acogida inmediatamente.

Los diferentes programas de cooperación son aprobados por el Consejo Directivo, el cual tiene una novísima estructura organizacional, compuesta por un presidente, vicepresidente y otros miembros. Cada programa responde a un Director, sugiero ingresar a la excelente página web del CLAD, para que lean el Acta Constitutiva (con gran visión futurista), el Convenio de país sede suscrito el 7 de febrero de 1979 entre el Canciller Simón Alberto Consalvi y suscrito por J. J. González, a la sazón Presidente del Consejo Directivo del CLAD, ratificado y publicado en Gaceta Oficial en diciembre de 1980. En el reglamento esta definidas las funciones del Presidente y Vicepresidente y demás miembros del Cuerpo Directivo. Los gastos de funcionamiento son cubiertos por el país sede, en este caso Venezuela, que debe destinar una partida presupuestaria, dentro del programa de gastos del Ministerio correspondiente que es el de Planificación hoy, en el pasado lo fue la COPRE y antes CORDIPLAN. Las actividades son programas y proyectos, son aprobadas por el Consejo Directivo. Un dato interesante, por Venezuela, firmó el Dr. Rodolfo José Cárdenas, encargado en ese momento del Ministerio de Relaciones Exteriores, el Embajador del Perú acreditado en el país y el Director de Estudios Administrativos de la Presidencia de la República de México.

El país tuvo distinguidos representantes que acudieron a sus reuniones en el seno de esa organización como los Drs. Allan Brewer Carias, Manuel Rachadell, Humberto Briceño, Carlos Blanco quién fue su Secretario General de 1992 hasta el año 1996, Ricardo Combellas y en el año 2001, y a propuesta del Gobierno de Hugo Chávez presento la candidatura del Abogado y profesor de la Escuela de Estudios Políticos de la UCV, Julio César Fernández Toro, quién ejercicio el cargo de Secretario General, desde el año 2001 hasta el año 2012.

Hoy el CLAD, como manifesté anteriormente, es una organización consolidada, que tiene una amplitud de cursos, foros, simposios, encuentros interinstitucionales, entre ellos, el Congreso de la Administración Pública que se realiza ininterrumpidamente desde el año 1996, al cual tuvimos la oportunidad de ir en ciudad en la Río de Janeiro en Brasil, el cual es el evento político-académico, más importante de esta organización que se realiza anualmente. En Venezuela se efectuó en 1997, dentro del marco de la Cumbre Iberoamericana, de ese año que se realizó en la Isla de Margarita, durante la administración del Dr. Rafael Caldera, única vez que se ha llevado a cabo en Venezuela. También tienen la Asociación CLAD, que es una forma de membresía a esta organización.

Además de los cursos y foros que se realizan, de altísima calidad, por ejemplo, les recomiendo que vean el foro en homenaje Max Weber, que es de primera calidad, está como mencione anteriormente, los congresos del CLAD magno evento que reúne a más de 1.500 especialistas en estos temas, está también la edición de la Revista Reforma y Democracia que va por el N° 80 y en vías de edición el número 81, revista arbitrada de primer nivel sobre los temas de gobierno, políticas públicas, gobernanza, reforma del estado y temas conexos, el cual se puede consultar íntegramente en la página web, la cual recomiendo ampliamente consultar. Tiene otras publicaciones como la Carta Iberoamericanas, libros entre los cuales cabe mencionar del Dr. Carles Ramió Matas sobre Innovación pública en Iberoamérica, de la Escuela CLAD los tres primeros libros sobre formación de servidores públicos entre otros títulos, Fortalecimiento del Alto Gobierno etc. Además, tiene funcionado la Escuela del CLAD, donde ofrecen cursos sobre gobierno, toma de decisiones, planificación estratégica entre otros temas.

El CLAD, ha hecho una labor encomiable en presentar propuestas, ideas, políticas, proyectos de modernización y actualización de las Administraciones Públicas y en general del tema de la Reforma del Estado, sobre todo cuando estamos en un presente y futuro donde la era digital, la robótica y la inteligencia artificial, gobierno digital y otras innovaciones tecnológicas se están aplicando para el aggiornamento del Estado, felicitaciones y les deseo aún más mayores éxitos en el futuro desde el punto de vista organizacional, hoy dirigidos por el Dr. Francisco Velásquez y un equipo de primera entre los cuales debo mencionar a Maigualida Torres, Diana Acosta y Carlos Ballena entre otros. Congratulaciones.

Artículo disponible en El Universal.

Política pública: ¿la hay hoy?


Las políticas públicas en lo posible y deseable deben buscar una racionalidad en la gestión y universalidad en el consenso.

Variable estudiada por politólogos y sociólogos, y en general por los científicos sociales, nos preguntamos muchas veces qué es una política, cómo se elabora una política pública, para qué sirve, se puede decir que las hay hoy y estimo que no porque se ha destruido el tejido institucional tanto público y privado en la interacción de la misma. Diremos siguiendo a uno de mis más destacados maestros de ciencia política, el Dr. Humberto Njaim, que una política pública del Estado “es un determinado sector persigue el propósito de creación de las condiciones para que se produzca una determinada situación o se despliegue y desarrolle una determinada actividad”. Como se puede observar primero es una actividad efectuada por el estado y es un curso de acción ante determinado problema que se persigue resolver en la interacción pública-privada. El enfoque no sólo se limita a un aspecto administrativo sino a los avatares de la política, al juego entre actores para la obtención, mantenimiento y desarrollo de sus intereses políticos, ignorando así la relación que existe entre Política en mayúscula que se encarga del fin de poder y la política en minúscula que se encarga del mantenimiento del mismo. Eso lo hay hoy en el sistema político, de hechura e implementación de políticas públicas, que es autoritario e impuesto, no se sabe mediar en el tiempo político y en el tiempo de los problemas de políticas.

El enfoque de política pública mayormente utilizado por los politólogos para sus análisis y evaluación, comprende a la política en mayúscula, a la estructura formal de las Instituciones Públicas. Va más allá no sólo del análisis del proceso, los intereses y los resultados materiales y tangibles que resultan de su implementación. Hay tres procesos a analizar: La formulación, la implementación y la evaluación (costo-beneficio). En este sentido, la interacción entre los agentes políticos (partidos, líderes, organizaciones etcétera) y las decisiones de política es uno de los objetivos de la teoría política contemporánea y el diseño de políticas públicas es uno de sus desafíos. Cómo es hoy la política económica de infraestructura de vacunación con el COVID-19, de exteriores entre otras, deja mucho que desear en la Venezuela, chavo-madurista.

Estamos en pleno desarrollo de una sociedad del conocimiento, donde lo fundamental es la programación y el planeamiento y muchas veces en la política se dan dos posibles vías de acción, según el cual las políticas públicas no pueden ser sino el resultado y la ejecución de la decisión política es decir, el paradigma racional-secuencial o por el contrario pondrán el acento en la dimensión confrontativa-discontinua de las elaboración de las políticas ubicándolas como una de las arenas fundamentales en las que se libra la lucha política, con motivo que las sociedades tiene ingentes desafíos y complejidades que hacen de las políticas públicas un elemento clave en la acción del estado y de sus decisores.

Así vemos los dilemas de que políticas se van a implementar por ejemplo: para atajar el desempleo, la política crediticia para corregir la burbuja inmobiliaria, qué política pública para cuadrar la cuentas públicas por ejemplo el déficit, o una política pública de exportaciones, pero para ello se requiere aumentar la productividad y la competitividad, la política exterior que objetivos debe perseguir, ¿ cual política militar y seguridad seguir de acuerdo al contexto internacional, fomentar una política de repatriar talentos. Como observamos que debido a que conducir, motivar, dar coherencia a las diversas políticas públicas no es fácil. Como vemos no hay soluciones fáciles a estos problemas, ante esto se requiere el discernimiento político, ante las dificultades para gobernar en occidente. El arte de gobernar si se quiere se aprende en la experiencia y en la adecuada adquisición de conocimientos que nos permitan saber gobernar. Las políticas públicas deben ser eficaces y eficientes para que tengan un resultado en lo tangible lo más óptimo posible (recursos-resultados) en la medida de lo deseable.

Las políticas públicas en lo posible y deseable deben buscar una racionalidad en la gestión y universalidad en el consenso. Que gocen de fundamento legal, de apoyo político, de viabilidad administrativa y de racionalidad económica, ya que en las democracias se dan características de competitividad y apertura continua. Debido a que el enfoque de políticas públicas tiene dos marcos de referencia separables pero entrelazados, por una parte el proceso de política y el conocimiento en el proceso de la política. El enfoque de las políticas públicas tiende a la contextualización y no a la fragmentación; se orienta a problemas a resolver en vez de ser ciegos a los problemas.

Se puede afirmar en suma, que el análisis de las políticas públicas es la actividad normativa de construir y evaluar mejor las opciones de política, relativas a determinados problemas públicos (ver su eficacia-eficiencia). El estudio de las políticas, se utiliza para denotar simplemente cualquier estudio relativo a las causas, efectos, procesos, restricciones, constreñimientos, modalidades de la hechura de las políticas, así como de hecho sucede. En ese sentido, el análisis de las políticas no es sino un complemento muy poderoso, del buen juicio, la intuición y la experiencia de los que se denominan decision makers, hoy se adolece de sentido de estado en estos últimos, por ello tenemos políticas públicas ineficientes y espasmódicas y alta rotación de los mismos ministros en cargos diferentes.

Artículo disponible en El Universal.

Modernización e institucionalización


Corresponderá en el futuro revertir esta tendencia y trabajar en un horizonte temporal de largo plazo para que la generación de nuestros hijos y nietos, tengan un país de acuerdo a los tiempos que ellos se merecen.-

Modernización, es un proceso de cambio social integral, que ha sido experimentado primero por los países que hoy llamamos desarrollados, tras cuyas huellas siguen hoy todos los demás. La modernidad es una situación estable. La modernización, en cambio, como proceso de cambio que lleva a ella, es altamente inestable. La modernización se expresa en procesos tales como los siguientes: urbanización (vive más gente en las ciudades que en el campo); industrialización (el sector más fuerte de la actividad económica es el secundario, o sea la industria, hoy en día el sector servicios ); secularización (racionalización de la política y pérdida de sus fundamentos metafísicos y tradicionales); democratización (incorporación de nuevos sectores sociales a la participación política) e intensificación de las comunicaciones.

Por otra parte, en lo psicológico cambian los valores, actitudes y expectativas, en el sentido de aceptar y desear el cambio y afrontar la realidad en lugar de resignarse a ella. En su comienzo, la modernización tiene un gran impacto sobre el crecimiento demográfico, que luego aminora su expansión. En el plano social, los grupos primarios, de roles difusos (familia, comunidad local) son complementados por grupos secundarios, de roles específicos (asociaciones deliberadamente organizadas); por otra parte, el tradicional sistema bifurcado de status, con «desigualdades acumulativas» es reemplazado por estructuras de status pluralistas, de «desigualdades dispersas». En lo económico, las actividades se diversifican, se eleva el nivel de la especialización ocupacional, aumenta el capital a invertir para crear un puesto de trabajo, aparece la agricultura «de mercado»; las actividades extractivas (primarias) pierden importancia relativa frente a las actividades de transformación o industriales (secundarias) y luego ocurre lo mismo con éstas frente a las actividades terciarias (comercialización, servicios, etc.), hoy se desarrolla en el sector digital. Los dos aspectos de la modernización más vinculados a la política son el desarrollo económico y la movilización social. El máximo impacto político se produce cuando se combinan el cambio de las expectativas (que proviene de la movilización social) con el cambio de las capacidades (que proviene del desarrollo económico).

Ahora bien, siguiendo a Mikel de Viana s.j, la modernización implica tres condiciones1. Un uso de la racionalidad instrumental del que dependen las consideraciones de posibilidades y viabilidad objetiva.2. El establecimiento de una naturaleza centrada en el sometimiento transformador mediante la ciencia y tecnología y 3. El establecimiento de normas abstractas que constituyen las reglas de juego de los espacios públicos (derecho, mercado etc). Hoy Venezuela, vive un proceso a la inversa.

Por otra parte, la institucionalización entendida como el proceso por el cual las organizaciones y procedimientos adquieren valor y estabilidad, se mide por la adaptabilidad, coherencia, complejidad y autonomía de los organismos y sus procedimientos. Por ello, en un sistema político que lleva a cabo un proceso de modernización debería al menos ser capaz por un lado, de innovar políticas públicas para promover reformas sociales y económicas y, por el otro de asimilar a las fuerzas resultantes de la modernización, ya sean grupos nuevos o tradicionales politizados, a través de instituciones políticas que representen el interés público y tengan por ello una dimensión moral. Esta última se relaciona con formas de comportamiento reguladas e institucionalizadas que, por su predictibilidad generan confianza entere la sociedad. Como diría el colega español Fernando Vallespín, de Max Weber:”… Su tesis central sobre el desarrollo del mundo moderno se aprende ya desde el primer curso de sociología. Modernidad equivale a la racionalización de todos los procesos sociales con el fin de resolver de la manera más eficiente posible cuestiones de naturaleza práctica. Y racionalización se conjuga con industrialización, burocratización, especialización, secularización, avance del capitalismo…”

Venezuela desde 1936, transitó este camino dentro de un proyecto de apertura política con pausas y avances (López-Medina y Trienio adeco), se continua en la autocracia pérezjimenista (con un retroceso en lo político, pero modernizante en lo urbanístico y económico). Todo ello, sustentando por el peso cada vez mayor peso del petróleo, en la economía y la transformación del mapa productivo y de la sociedad, que va transitando su camino de una sociedad rural a una urbana y cada vez más moderna, proceso que ha sido estudiado desde la perspectiva de la ciencia política, entre otros, por mis maestros Juan Carlos Rey, Humberto Njaim, Ricardo Combellas, Andrés Stambouli, Diego Bautista Urbaneja, Aníbal Romero, Carlos Romero, Ángel Álvarez entre otros politólogos hasta llegar al proyecto de democracia civil del 1958 a 1999, proceso que significo avances en los aspectos político, económico, social, educativo, petrolero, cultural, urbanístico, telecomunicacional, sanitario, expectativa de vida, en la infraestructura de servicios, exportaciones no tradicionales, militar, política exterior entre otros; y estos últimos años, se ha vivido un retroceso impresionante y lamentable, en esas dimensiones, que ha hecho retroceder al país en forma significativa. Corresponderá en el futuro revertir esta tendencia y trabajar en un horizonte temporal de largo plazo para que la generación de nuestros hijos y nietos, tengan un país de acuerdo a los tiempos que ellos se merecen democrático, moderno, solidario, próspero y equitativo. Incomparable a cualquier proceso histórico del pasado y del presente, que ha sido de un innegable retroceso en estas dos variables.

Artículo disponible en El Universal.