El evento fue coordinado por el Secretario General del CLAD D. Francisco Velázquez y contó con la presentación de D. Manuel Villoria, redactor principal de la Carta Iberoamericana de Ética e Integridad en la Función Pública, aprobada por la XVIII Conferencia Iberoamericana de Ministras y Ministros de Administración Pública y Reforma del Estado en 2018.
El pasado miércoles 24 de febrero de 2021, se llevó a cabo la Conferencia Virtual Internacional a cargo de D. Manuel Villoria Mendieta, miembro del Consejo Científico del CLAD, y Catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC), España.
En su presentación, Villoria inició partiendo de la necesidad de tener claro lo que es la integridad, describiendola como la manera de actuar de acuerdo con una serie de principios, normas y valores relevantes, asumidos de forma colectiva y que permiten mediante la fuerza de voluntad, establecer un camino moral de actuación.
Posteriormente habló de elementos que dificultan la integridad, y partió de que muchas veces es la misma sociedad, las instituciones y la desigualdad, entre otros aspectos, los que se muestran contrarios a las buenas prácticas que deberían establecerse como aceptables. En ese sentido, se planteó preguntas como: ¿las organizaciones pueden ayudar o no a la integridad?, ¿en qué medida las sociedades actuales nos ayudan a ser íntegros?, entre otras.
Señaló que el tema de la integridad ha sido empleado por los políticos muchas veces para huir o enfrentar de manera indirecta el tema de la corrupción, el que no es un tema agradable para muchas administraciones en donde existe clientelismo o favoritismo entre otras malas prácticas.
Luego se refirió a la necesidad de que las instituciones construyan integridad, y para ello es necesario identificar elementos de opacidad que deben ser considerados como faltas, entre lo que destacó el soborno, el amiguismo, el fraude, los conflictos de intereses, el uso inapropiado de la autoridad, el mal manejo de la información, el desperdicio de recursos, entre otros.
En ese sentido, indicó que debe existir un código de integridad para incentivar los buenos valores en los funcionarios, pero también para regular las diversas actividades dentro de las organizaciones e identificar actuaciones incorrectas y sancionarlas. Mencionó también la importancia de los comités de ética dentro de las instituciones.
Villoria destacó el elemento individual de la ética, que no puede estar desligado del componente laboral, porque a su juicio, no es posible decir que una persona es ética laboralmente, pero personalmente no lo es. Debe existir una congruencia en las actuaciones.
Hizo mención a la importancia de los marcos de integridad nacional, para que los Estados puedan avanzar a las sociedades que se quieren: más justas y más equitativas. Que se pueda incentivar lo bueno y no lo malo, pero que se dé importancia a la participación de las personas, porque todos los sectores sociales son importantes. Colocó como ejemplo un gran edificio que si tiene fallas en alguna de sus columnas, hará caer toda la estructura.
Es por ello que la integridad es necesaria para los diversos poderes del Estado, el sector privado, las ONG’S, los medios de comunicación, partidos políticos, entre otros.
Finalmente hizo mención a actuaciones lamentables evidenciadas en la pandemia, hablando de la mortalidad no solo del coronavirus, sino también de la corrupción, por medio de la cual se han desviado recursos que han generado muertes en diversos países. De igual modo criticó las actuaciones vergonzosas de algunos políticos que han tomado las vacunas de forma indebida para sus amigos y sus familiares.
Al finalizar la actividad, D. Francisco Velázquez informó que en los próximos meses, la Secretaría General impartirá cursos sobre las Cartas Iberoamericanas del CLAD, y estarán a disposición de toda la comunidad iberoamericana.
El video de la presentación ya se encuentra disponible en el canal de YouTube del CLAD y cuenta con más de 1200 visualizaciones. Los documentos complementarios (resumen ejecutivo y presentación del conferencista) estarán disponibles próximamente en la sección “Videos Escuela del CLAD”, de la página Web del organismo internacional.
En este concurso las monografías deberán abordar obligatoriamente aspectos relativos a los «Avances y propuestas ante la crisis del coronavirus y sus repercusiones institucionales y sociales».
La crisis de salud originada por la pandemia de la COVID-19 ha ocasionado que los Estados implementaran estrategias inéditas para contrarrestar, atacar y disipar el virus, tales como el aislamiento social y la cuarentena; sin embargo, a raíz de las mismas se han desencadenado nuevas problemáticas (especialmente a nivel social y económico), lo que ha significado nuevas formas de respuestas gubernamentales ante las necesidades ciudadanas. La pandemia se ha caracterizado por ser un catalizador del cambio con miras hacia el futuro tecnológico, no obstante, no deja de ser un reto sin precedentes, que ha afectado a todas las regiones, especialmente a América Latina y el Caribe. Por ello, se evidencia que la fortaleza económica y el desarrollo institucional serán fundamentales para determinar la capacidad de respuesta y el marco de acción de los Estados para mitigar los efectos negativos que deja la COVID-19 y plantear la recuperación en la era post-COVID-19. Por lo tanto, dadas las asimetrías y diferencias que pueden existir entre los países desarrollados y en desarrollo, no se puede asumir que existan modelos únicos para dar una solución a una contingencia que ha afectado de manera transversal a las naciones, y por ello se debe repensar el desarrollo de los países desde una visión particular según el reconocimiento y exigencia de cada país.
Esta profunda crisis que está afectando a la región y al resto del mundo, sin duda ha impulsado cambios en las agendas de los países con el objetivo de perfeccionar sus sistemas de protección social, y haciendo énfasis en mejorar el funcionamiento del mercado de trabajo, con el fin de salvaguardar la salud y la economía. No solo queremos conocer los casos de éxitos de cada entidad o Estado exclusivamente en estas áreas; en el CLAD queremos reconocer los avances realizados en todas las áreas que de alguna u otra manera se han visto modificadas o creadas a raíz del Coronavirus, así como toda aquella propuesta creativa que permita superar esta crisis, que pueden ser desde medidas Sanitarias, Económicas, Laborales, Administrativas y/o de Orden Público.
Es por esta razón que este Concurso busca reconocer los avances logrados, como casos de éxitos, buenas prácticas y todas las propuestas posibles para viabilizar los cambios que van desde la forma de relacionarnos hasta modificar y repensar las agendas públicas y de desarrollo de los países; de esta manera no solo contrarrestar los efectos causados, sino prevenirlos y en la medida de lo posible evitarlos.
Es importante que los ensayos aborden y/o propongan elementos de valor, sobre buenas prácticas, las cuales deben ser factibles de ser aplicadas, cuenten con estrategias preventivas y/o correctivas, así como el involucramiento de los diversos actores de la sociedad en el tema.
Con lo antes expuesto, solo se busca contextualizar ámbitos que permitan generar adecuados niveles de pertinencia de las monografías que se presenten al Concurso, pero no constituyen limitación al desarrollo de otros enfoques y temas concretos que los autores consideren adecuados al tema principal de esta convocatoria.
Podrán participar en el Concurso personas radicadas en los países miembros del CLAD, sin distinción en el grado profesional o edad, los trabajos podrán indistintamente dedicarse al ámbito regional, subregional o nacional, siendo presentados en los idiomas oficiales del CLAD (español o portugués). Podrán presentarse trabajos individuales o grupales. En ningún caso se recibirá más de una monografía por participante, individual o grupal.
Las personas que hayan sido acreedoras de un premio o una mención honorífica en los dos últimos concursos convocados por el CLAD, no podrán participar en el presente concurso, ya sea a título individual o formando parte de un trabajo colectivo.
El Jurado Internacional evaluará los trabajos y determinará los ganadores de los premios correspondientes. Los criterios para evaluar los trabajos serán, entre otros, los siguientes:
Vinculación del contenido del trabajo con el tema de la convocatoria.
Originalidad.
Relevancia teórica y/o práctica.
Rigor metodológico.
Claridad, precisión y coherencia en la exposición y utilización de una sintaxis apropiada.
La decisión del Jurado Internacional será inapelable. El Jurado Internacional podrá declarar desiertos alguno o todos los premios previstos en atención a que, a juicio de dicho jurado, los trabajos no cumplieron los criterios de valoración exigidos. Asimismo, en caso de discrepancia de los dictámenes de los tres integrantes del Jurado Internacional, la Secretaría General podrá declarar desiertos los premios previstos. Finalmente, el Jurado Internacional podrá recomendar la asignación de Menciones Honoríficas, que no conllevan un premio pecuniario. Una vez emitido el fallo, el Jurado no dará explicaciones de los elementos de juicio que sustentaron su dictamen.
El Jurado internacional estará compuesto por tres personas expertas en el tema, que serán dadas a conocer junto a los trabajos ganadores vía correo electrónico, página web y demás redes sociales del CLAD.
Los premios establecidos son los siguientes:
Primer premio: | US$ | 2.000 |
Segundo premio: | US$ | 1.000 |
Tercer premio: | US$ | 500 |
Además de los premios pecuniarios antes señalados, los autores de los trabajos ganadores recibirán un pasaje aéreo, en clase económica, de ida y retorno, desde su ciudad de origen a la ciudad de Medellín, Colombia, sede del XXVI Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, que se llevará a cabo del 23 al 26 de noviembre de 2021.
En el caso que una de las monografías ganadoras haya sido elaborada colectivamente, el pasaje aéreo y los gastos de estadía para asistir al Congreso serán asignados a una sola persona, a ser designada por los autores. En todo caso, los ganadores deberán gestionar todos los trámites o permisos de visado que sean necesarios para su asistencia al congreso.
Los autores de los trabajos ganadores de los premios constituirán un panel que será presentado en el contexto del programa general del XXVI Congreso en referencia.
Por otra parte, todos los autores de los trabajos ganadores y de las menciones honoríficas disfrutarán de los beneficios que brinda la Asociación CLAD a sus miembros durante el año 2021.
Su ensayo formará parte de una publicación digital con la posibilidad de participar en una webinar internacional organizada por el CLAD.
Seudónimo | Nombre y Apellido | Cargo | Institución | Dirección Postal | Teléfono | Correo Electrónico | País | Título del Ensayo |
El documento que se envíe deberá ser la versión definitiva. No se aceptarán sustituciones ni correcciones posteriormente.
El período de recepción de las monografías finalizará el 11 de junio de 2021, debiendo los autores tomar las previsiones necesarias para asegurar que los trabajos lleguen a la Secretaría General al correo concurso@clad.org no más tarde de dicha fecha y cumpliendo con todos los requisitos. Se dará a conocer el dictamen del jurado a partir del 10 de septiembre de 2021.
El CLAD se reserva el derecho de publicación de los trabajos premiados, previa notificación a los autores, dentro de los doce meses siguientes a la fecha del veredicto.
Para información adicional, dirigirse a:
Concurso del CLAD
Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD)
Av. Ppal. de Los Chorros con Av. 6 (Corao), Casa CLAD, Urb. Los Chorros, Caracas 1071
Apartado Postal 4181, Caracas 1010-A, Venezuela
Teléfono: (58-212) 2709211 Fax: (58-212) 2709214
https://clad.org/
E-mail: concurso@clad.org
Twitter: @CLAD_Org
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En Alemania funciona desde hace años una coalición de gobierno entre socialdemócratas y democristianos y no es la primera vez. De hecho, ha recibido el nombre de groBe Koalition, cuyo sentido puede percibirse incluso para aquellos que no comprendan el idioma de Goethe. En los años sesenta del pasado siglo, Kiesinger lideró una coalición con los socialdemócratas que ahora se ha repetido en tres ocasiones con Ángela Merkel (CDU/CSU/PSD). Ahora en Italia, Mario Draghi, antiguo presidente del Banco Europeo, acaba de formar gobierno con un conjunto de ministros donde podemos encontrar desde colaboradores de Berlusconi, hasta miembros del Partido Demócrata, heredero directo del Partido Comunista Italiano, incluidos miembros de la Liga Norte o del partido de Beppe Grillo (Movimiento 5 estrellas).
En fin, un Ejecutivo formado por 15 ministros políticos y 8 independientes, que tiene asegurada la mayoría, porque están representados todos los partidos menos la formación de ultraderecha Hermanos de Italia. Es la búsqueda de la tecnocracia a la que definió Manuel García Pelayo, tan relevante en Venezuela y España, como “la estructura de poder en la cual los técnicos condicionan o determinan la toma de decisiones, tendiendo a sustituir al político…”.
El propio primer ministro Draghi, que ha pedido “unidad y compromiso ante una emergencia sin precedentes”, no pertenece a ningún partido político y es una figura de relevancia internacional, unánimemente reconocida por su actuación como presidente del Banco Europeo y representante de lo que podría denominarse como oligarquía tecnocrática europea.
¿Qué razones empujan a los partidos políticos alemanes o italianos a ponerse de acuerdo, por encima de las diferencias ideológicas, profundas y de largo trecho? La reflexión viene a cuento porque esta situación tiene una justificación importante: la necesidad de administrar adecuadamente 209.000 millones de euros procedentes de los fondos europeos, que todas las fuerzas políticas están en la mejor disposición de administrar y que proceden de las importantes e inéditas decisiones de la Unión Europea a causa de la pandemia.
Las situaciones de Alemania e Italia no son idénticas. Pero en ambos casos priman dos factores como la llamada a la responsabilidad y la imposibilidad de formar mayorías suficientes dado el sistema parlamentario. Desde hace años, todos los primeros ministros italianos han sido elegidos por el Parlamento, sin que ni siquiera en algunos casos fueran parlamentarios.
Se indica en Italia que Draghi era el único hombre que podía generar consenso, lo que en definitiva revela la falta de confianza de los ciudadanos en la clase política, que continúa bajando en la escala de apreciación positiva. Además, esta situación revela otros aspectos, algunos positivos.
Entre los positivos pueden citarse la cintura de la clase política, suficiente para ponerse de acuerdo y participar en gobiernos, que en algunos casos van a adoptar políticas no exactamente coincidentes con los idearios y programas electorales. La pandemia ha generado decisiones importantes por parte de la Unión Europea y ha colocado a la clase política en el punto de mira de un ciudadano que se ha visto zarandeado una y otra vez por decisiones contradictorias, cambiantes como las olas del mar. Por el momento y a pesar de las vacunas, cuya administración fraudulenta ha sido objeto de escándalos en varios países, no parece estar muy cercana la solución de salud pública. En definitiva, ninguna fuerza política quiere ser responsable ante la opinión pública de no sujetar la maroma para que el animal bravo no se escape.
Entre los negativos, hallamos el desprestigio de la clase política que continúa su descenso en la mayoría de los países. Ha de añadirse, además, en el caso italiano la presumible oscilación e inestabilidad de algunas carteras, consecuencia de determinadas decisiones no compartidas por todo el arco parlamentario.
A los efectos administrativos y de relación política con otros países de la Unión Europea, la figura de Draghi es además de reconocida, un paso adelante que genera confianza en la administración de los fondos europeos y su destino final.
En suma, una manifestación de que en circunstancias extremas las fuerzas políticas pueden ponerse de acuerdo para llevar a cabo políticas públicas más eficaces para los ciudadanos y menos lesivas de la confianza que en las diversas opciones políticas se depositan.
Se crearán otros ministerios para poder equilibrar los poderes de los diversos socios y ello es presumiblemente positivo para una atención más cercana a los problemas de los ciudadanos. Jacques Atali lo ha dicho recientemente: “El principal cambio que se necesita es un cambio cultural, hay que pasar de la sociedad del egoísmo a una sociedad del altruismo; comprender que todos tenemos interés en ser altruistas, que la empatía es económicamente eficiente”. (La Vanguardia 11-1-21).
Depositar en algunos tecnócratas las decisiones más relevantes pueden en tiempos de pandemia o de dificultades importantes facilitar el desarrollo y generar en los ciudadanos mayor confianza.
Artículo disponible en El Nacional.