La actividad de las administraciones públicas cobra sentido por la prestación de los servicios a los ciudadanos, así como por la satisfacción que produce por sus beneficios de carácter económico o social. En otras palabras, por el bienestar hipotético que pueden extender de forma general. Para ello, son importantes los recursos humanos, la regulación y acceso a estos servicios y la aplicación de las técnicas y tecnologías necesarias para la mejora de la vida ciudadana. También, como ha demostrado esta época pandémica, la satisfacción que los ciudadanos tienen de su vida en común.
Los servicios de transporte, por ejemplo, constituyen una diferencia esencial entre las administraciones más desarrolladas y aquellas en las que las deficiencias en este servicio generan su abandono tecnológico primero y del ciudadano después: no vamos en transporte público porque son sucios, inseguros e irregulares en la frecuencia. En otros países, sin embargo, su uso es general incluso para las personas de clases sociales mas adineradas, que van en transporte público porque funcionan bien y con frecuencia son más rápidos y eficaces que el transporte privado.
Esta descripción de la realidad se convierte en sólido argumento si analizamos lo que hay detrás: presupuestos suficientes para las entidades locales, tarifas adecuadas, empresas públicas profesionalmente gerenciadas, en fin, civismo en su utilización. Precisamente, la colocación de expertos al frente de las organizaciones, mediante la dirección pública profesional, que asesora a los políticos electos, constituye un factor esencial en el acierto de la decisión, como afirma y recomendaba, entre otros, Al Harawi, consejero de Saladino en 1192, que no prescinda de la consulta, pues el que pide consejo a los demás participa de su inteligencia, mientras que el obra según su solo criterio sucumbe.
La utilización adecuada de las tecnologías puede suministrar información a los ciudadanos de la llegada del transporte, del tiempo del trayecto o de espera. El ciudadano puede entonces tomar otras alternativas que le permitan desarrollar sus actividades económicas o de ocio. Sería una realidad la eficacia y efectividad de las políticas públicas.
Esta explicación de la utilización constante de tecnología en servicios inmediatos y útiles a los ciudadanos viene al caso para afirmar que hemos comenzado una andadura que puede reportar considerables beneficios. Nos sorprenden cada día los adelantos científicos relacionados con el armamento disponible por las grandes potencias o para la carrera de los descubrimientos en la Luna o Marte, pero la extensión de la inteligencia artificial es mucho más amplia.
La inteligencia artificial, tratada en la Carta de innovación en la gestión pública, aprobada por la Cumbre Iberoamericana a propuesta del Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD) en 2020, debe ser un complemento habitual de la gestión pública, pero siempre conectada con las necesidades sociales, dirigida por la alta función pública y controlados sus componentes esenciales, los algoritmos. Ha de tenerse en cuenta que los ordenadores serán capaces de explicar por qué tomaron sus decisiones, por qué es bueno que tú hagas una u otra cosa y qué va a pasar si no lo haces. Vamos hacia ordenadores capaces de explicar el mundo y a ellos mismos, y de volver hacia atrás y modificar su propio software. Y eso va a suceder en los próximos años (Judea Pearl, 2022).
Las técnicas de inteligencia artificial basadas en big data y la utilización de algoritmos (revisados y controlados para que no produzcan desigualdades sociales) pueden alcanzar beneficios considerables para la sociedad, como la protección de los sistemas informáticos públicos, o la defensa contra los delincuentes financieros mediante sistemas que ya están siendo utilizados por las policías de los países más desarrollados. Ahora en que el conflicto entre Rusia y Occidente está en la realidad, la protección de los sistemas públicos constituye precisamente una necesidad. ¿Ya no nos acordamos de los problemas de las elecciones norteamericanas o del conflicto catalán y la intervención de hackers que multiplicaron los problemas existentes?
Como la vida y la historia nos enseñan, la intervención del hombre es esencial y fundamental para el desarrollo de las actividades entre las que se encuentran las políticas públicas, que pueden beneficiar a los ciudadanos o simplemente fastidiarles llenándoles de trámites engorrosos. Como se ha recordado, la política no es una ciencia, es algo terriblemente humano. Esta dimensión debería estar presente siempre que se tomen decisiones, haya o no algoritmos en el proceso. Por eso, algunos autores están destacando que el uso de los algoritmos en la Administración a menudo perpetúa las desigualdades y castiga a los pobres. (Virginia Eubanks, 2022).
La tecnología hace tiempo que nos acompaña. Necesitamos su utilización por las instituciones públicas y protegernos de los ataques que pueden hacer difíciles las vidas de los ciudadanos, porque en todas nuestras actividades está presente: Hoy la tecnología engulle nuestras vidas como un engranaje voraz, una maquinaria caníbal que se alimenta de nuestro tiempo. (Irene Vallejo, 2022).
Artículo disponible en El Nacional.
El académico de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y también consultor internacional, ofreció una panorámica de los países miembros del CLAD y su desarrollo en materia de generación de valor público. La actividad fue dirigida por el Secretario General del CLAD Francisco Velázquez.
El pasado 23 de febrero de 2022, se llevó a cabo la Conferencia Virtual Internacional a cargo de Maximiliano Campos Ríos, actual colaborador del CLAD y consultor internacional en materia de Estado y Gestión Pública. Campos es Licenciado en Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Magister en Administración y Políticas Públicas de la Universidad de San Andrés (UdeSA), y realizó estudios de posgrado en la Universidad de Delaware (Beca Fulbright) y en la Universidad de Georgetown, ambas en EEUU. Es Profesor e Investigador en varias universidades de Argentina y de América Latina.
El académico inició su intervención señalando que ante un escenario global de interdependencia, no puede pensarse más en organizaciones de manera aislada, lo que incluye al Estado, ante lo cual se hace necesario la generación de valor público, lo que no solo genera mejoras internas en la estructura de la administración, sino que conducen a un mayor desarrollo.
Con base en el ranking Forbes, Campos Ríos señaló la gran transformación que ha venido evidenciando el mundo en cuanto al rumbo de los recursos económicos, basado actualmente en la creación de valor en la sociedad de la información. En ese sentido, se refirió a la competitividad como base de la productividad para la creación de prosperidad.
Posteriormente señaló los 12 indicadores que mide el Foro Económico Mundial, para posteriormente hacer comparaciones por países miembros del CLAD. Los 12 indicadores son 1) Instituciones, 2) Infraestructura, 3) TIC, 4) Estabilidad Macroeconómica, 5) Salud, 6) Capacidades, 7) Mercados de Productos, 8) Mercado Laboral, 9) Sistema Financiero, 10) Tamaño del Mercado, 11) Dinamismo Empresarial y 12) Capacidad Innovadora.
Tales datos permiten evidenciar de forma clara dónde fallan los países, y porqué es absolutamente necesario mejorar las cadenas de valor público estatal, siendo este último término el engranaje a mejorar para que los países con bajos rendimientos puedan mejorar sus índices de competitividad, fomentando el desarrollo y mejorando el bienestar general de los ciudadanos y ciudadanas.
Campos señaló que es el Estado quien debe ser el promotor del valor público como catalizador y estimular los determinantes que hacen a la competitividad, para que el sector emprendedor y las empresas logren una ventaja competitiva en un ambiente adecuado.
Finalmente el expositor dio respuestas a varias preguntas del público conectado a la presentación.
Para conocer los detalles por país en materia de competitividad, así como otros datos relevantes de la conferencia, la misma se encuentra disponible en el canal de YouTube del CLAD
La acción política concierne a la realización de actividades para los ciudadanos y como tal debe tener connotación positiva para ellos. Desde los tiempos de Platón la política (forma en la debía gobernarse un pueblo a cargo de los seres más sabios de esa sociedad), ha sido considerada como la más alta actividad que los ciudadanos pueden realizar, pues es en beneficio de todos. Una mínima reflexión sobre la opinión del ciudadano indica que este razonamiento está en el siglo XXI muy lejos de la realidad.
Desde el siglo XIX, momento en que los ciudadanos comenzaron a tener una presencia activa en los asuntos generales, con la aparición de los regímenes democráticos, no siempre la calidad humana de los gobernantes o representantes ha constituido un ejemplo.
Los casos de corrupción han sido continuos en muchos países y no puede afirmarse que haya Estados en los que haya sido totalmente erradicada, aunque obviamente como revela el índice de corrupción de Transparencia Internacional, esta existe en todos, pero en grado muy diferente.
Los países parecen esmerarse en mejorar en el ranking, pero la lucha continúa porque la corrupción sigue existiendo. Y la corrupción está íntimamente relacionada con la fortaleza y buen funcionamiento de las instituciones, que intentan garantizar un trato igual para todos los ciudadanos, así como la transparencia en las decisiones públicas y la rendición de cuentas. Como Lapuente recordó en el XXVI Congreso del Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD) (Bogotá, 2021): …la calidad de la administración genera confianza ciudadana en sus instituciones y eso es fundamental en una crisis (Fukuyama, 2020).
La corrupción y el comportamiento negativo desde el punto de vista cívico parece haber alcanzado proporciones escandalosas en los últimos meses, en los que la pandemia nos ha preocupado tanto y ha alterado nuestras vidas personales y profesionales. Este hecho hace aumentar el desprestigio de la política, pues se identifica un comportamiento negativo individual del político con el prestigio y funcionamiento de la propia institución a la que representa.
Como han señalado Villoria y Bacigalupo (2022), los numerosos escándalos políticos vinculados a la corrupción se relacionan de forma directa y fuerte con la desconfianza en las instituciones representativas; perdida la confianza, se abre el camino a la barbarie.
En los últimos días, varios acontecimientos han generado desazón en la opinión pública, ya bastante curada de espanto. Están relacionados con el comportamiento de la clase política en diversos países. En algunos la separación de poderes ha jugado positivamente pues los infractores han sido condenados por la justicia. Sin embargo, no en todos.
En el Reino Unido, la escandalosa celebración de fiestas en la sede del primer ministro, incluyendo alcohol, durante la pandemia, están elevando el tono de las peticiones de dimisión en el seno del ¨Partido Conservador. Hasta ahora han dimitido varios altos cargos y algunos diputados conservadores exigen la dimisión del propio primer ministro. Curiosamente, el informe sobre los hechos acaecidos en las distintas fiestas ilegales mientras la población se hallaba recluida, a la espera del definitivo que debe presentar Scotland Yard, ha sido realizado por la más alta funcionaria de la oficina del primer ministro, Sue Gray, cuya idoneidad nadie pone en duda después de permanecer en su puesto con varios primeros ministros.
En Perú, el presidente Castillo ha cambiado por tercera vez en seis meses al primer ministro y buena parte del gabinete, entre escándalos de maltrato familiar del primer ministro, ya sustituido al haberse constatado la imposibilidad de apoyo parlamentario. La situación de Perú, después de un buen ejemplo de fortaleza institucional por la celebración de las elecciones y su aceptación a pesar de la escasa diferencia, preocupa: la distribución de escaños entre los grupos parlamentarios no augura un gobierno que pueda llevar a cabo las importantes transformaciones infraestructurales, educativas y sociales que el país necesita.En una carta enviada al jefe del Estado, Mirtha Vásquez, primera ministra saliente, señaló que la crisis en el Ministerio del Interior no es un “asunto cualquiera y coyuntural”, sino la expresión de un “problema estructural de corrupción en diversas instancias del Estado”.
Estos ejemplos ponen de manifiesto varios aspectos que explican el alejamiento de los ciudadanos de la clase política en los países democráticos. En el tema tienen que ver factores relacionados con la extracción profesional de la clase política, cada vez más profesionalizada y alejada de la vida económica y social, la determinación de intereses partidarios por encima de los correspondientes a los ciudadanos y los propios sistemas electorales, que en muchos lugares y países tienen más que ver con las siglas partidarias que con la idoneidad y preparación de los candidatos.
No sería bueno que los ciudadanos pasaran de la confianza al escepticismo y finalmente a la desconfianza. Pero mientras no se cambien profundamente las políticas públicas haciéndolas más transparentes y rindiendo cuentas, la distancia será aún más larga que la mesa de la reunión entre Macron y Putin el 7 de febrero.
Artículo disponible en El Nacional.
El pasado 16 de febrero de 2022, los expertos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), abordaron desde una perspectiva económica, cómo la confianza incide en el mejoramiento de las condiciones de vida en América Latina y el Caribe. La actividad fue dirigida por el Secretario General del CLAD Francisco Velázquez.
El evento desarrollado por la Escuela del CLAD dio inicio con la intervención de Carlos Scartascini, Líder del Grupo de Economía del Comportamiento del BID, quien señaló que la actual Agenda de Desarrollo tiene que ver directamente con un tema de confianza, a razón de elementos como la inversión, el crecimiento, la participación en cadenas de valor y la estabilidad política de los gobiernos, ya que con mayor confianza se genera mayor capacidad de inversión y mayores ingresos.
Dicha confianza está basada en creencias, muchas veces con elementos culturales, históricos y de experiencia personal (colonialismo, desigualdad en la distribución de los bienes y el poder), que determinan la medida en que las personas confían o no. En ese sentido, el profesional del BID destacó que en América Latina y el Caribe (ALC) los niveles de desconfianza son sumamente altos en comparación con otros países y bloques económicos.
Basándose en algunas encuestas realizadas por el Banco, el conferencista señaló que en ALC existe un alto nivel de desconfianza a nivel interpersonal, lo que se ve reflejado también en el ámbito gubernamental, pues las personas desconfían mucho de sus gobernantes. Tal desconfianza se debe también a comportamientos oportunistas en sociedades donde existe asimetría de la información y asimetría de poder.
Por otra parte, Phil Keefer, Asesor Económico del Departamento de Instituciones para el Desarrollo del BID, aseveró que existe una relación entre la confianza y la colaboración, evidenciándose mediante algunas encuestas, que dentro de la función pública, los funcionarios colaboran menos cuando desconfían más.
A su vez, existe relación en herramientas como el desarrollo del gobierno electrónico y la confianza, siendo más desarrollados aquellos donde los niveles de confianza son mayores. El experto también mostró datos de la relación existente entre la confianza y la formalidad, el cambio climático y los servicios públicos.
Respecto de este último punto, advirtió que según una encuesta realizada, la valoración en ALC es que la gente confía más en el sector privado para la gestión de los servicios públicos que en la gestión del Estado.
Keefer finalizó su intervención señalando que el tema de la confianza debe ser abordado como una política pública, considerando elementos como la información de las personas y el fortalecimiento de las instituciones para su recuperación.
El encuentro finalizó con una invitación por parte del Secretario General del CLAD, a dar a conocer más detalles del libro en el próximo Congreso Internacional de la institución, a celebrarse en el mes de noviembre en Bolivia.
El libro publicado por el BID puede ser consultado en el siguiente enlace.
El Director Institucional del Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP) de Argentina, ofreció el pasado miércoles 09 de febrero de 2022, una disertación donde mencionó las nuevas herramientas de innovación para fortalecer las capacidades del Estado. La actividad fue dirigida por el Secretario General del CLAD Francisco Velázquez.
Frente a una era de grandes cambios, que denominó como exponenciales, basándose en escritos del doctor Oscar Oszlak, como los relacionados a la cuarta revolución industrial, la incertidumbre, y el surgimiento de “problemas perversos”, debe ser agregado valor público a la administración (como la igualdad, la tolerancia, el fortalecimiento de la democracia, el respeto por los DDHH y el trabajo de calidad), pues solamente el Estado puede hacer frente las grandes demandas del tiempo presente.
Solano aseveró que es la innovación el elemento necesario para poder fortalecer las capacidades del Estado, con lo cual se refirió a la Carta Iberoamericana de Innovación en la Gestión Pública, elaborada por el CLAD, describiendo algunos elementos necesarios que plantea el documento, como lo son el análisis prospectivo, la gestión del conocimiento, la Inteligencia colectiva/institucional, la Inteligencia artificial y la robótica.
A dichos elementos agregó lo dicho por Francisco Velázquez y Carles Ramió en sus últimos libros, relacionado a contar con organizaciones ambidiestras y estratégicas, gestoras de la complejidad, colaborativas y promotoras de identidad colectiva.
Posteriormente, el Director del INAP se refirió al Programa INAP Futuro el cual consiste en un espacio de reflexión, planificación, experimentación e implementación sistemática, basado en el análisis de escenarios futuros y las transformaciones sociales y organizacionales del presente, como insumo para el fortalecimiento de la organización y del Sistema Nacional de Capacitación, así como para el desarrollo de ideas e iniciativas innovadoras y el diseño de nuevas herramientas para la gestión de la capacitación.
Dicho programa está compuesto de tres elementos: una Unidad de Prospectiva y Escenarios Futuros, una Unidad de Reorientación Estratégica de la Capacitación, y un Laboratorio INAP 4.0.
Finalmente Solano se refirió a la importancia de generar alianzas para el logro de los objetivos, por lo que destacó la firma de un convenio entre el INAP y el Ministerio de Desarrollo Productivo, para la apertura de vacantes en Argentina, con el fin de brindar la formación de trabajadores del Estado.
El Director del INAP también señaló la disposición del ente para llevar a cabo el desarrollo de asistencias técnicas de la mano del CLAD, para los diversos países que así lo requieran.
El video de la presentación se encuentra disponible en el canal de YouTube del CLAD, y cuenta con más de 470 visualizaciones.